El diálogo, en cualquiera de sus formas o manifestaciones, es esencial para la convivencia humana.

El progreso de la civilización está ligado a la aparición y el desarrollo de las ciudades, en las que la vida comunitaria se ordena alrededor de instituciones y estructuras extraordinariamente elaboradas. La división del trabajo permite un avance sin igual en la producción de bienes, que por primera vez puede ir más allá de la simple lucha por los alimentos. Se desarrolla así la artesanía, la escritura y una "ciencia" incipiente, pues no todo el mundo tiene que producir ya su propio sustento.
Este innegable proceso, sin embargo, convierte a los ciudadanos en dependientes unos de los otros, pues la ciudad funciona tan solo si cada cual ejerce adecuadamente su papel, y exige un sofisticado sistema de cooperación. Por ello, el hombre pasa a ser político: la organización y el respeto mutuos son, a partir de este momento, lo más urgente y necesario para todos los ciudadanos.

domingo, 4 de marzo de 2012

Civismo y conciencia ecológica.

Al hombre y a la mujer civilizados no puede ni debe serles indiferente la suerte del entorno en que nos movemos y vivimos. Por eso, mientras la llamada moral tradicional sólo se extendía a los otros, la moral moderna no se concibe sin una ampliación a lo otro, a la naturaleza en toda su extensión y amplitud, que comprende los animales, las plantas y el medio en que vivimos todos: el aire, el mar, los ríos. Se ha señalado modernamente que en esta lucha está implicado el bienestar e incluso la propia supervivencia de las generaciones por venir, una vez se ha tomado conciencia de la irreversibilidad de algunos males y perjuicios que la sociedad moderna causa a la naturaleza.
"Tratado de la casa", ese es el significado literal de la palabra griega ecología, que trata precisamente de  las faenas "caseras", que es preciso llevar a cabo para mantener limpia y habitable la casa que es también nuestro planeta, la "aldea global", como se ha dicho a veces. Las "habitaciones" de esa casa podrían ser, para seguir con la comparación, los diversos ecosistemas, con sus complejos equilibrios entre clima y especies animales y vegetales. Los avances tecnológicos e industriales han traído consigo una terrible capacidad de degradación del medio natural, a través de la polución y la progresiva destrucción de enclaves vírgenes. Pero estos mismos avances en el terreno tecnológico y científico nos permiten evaluar la enorme repercusión ecológica de nuestros actos, un proceso al que no podemos ni debemos permanecer indiferentes.

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