El diálogo, en cualquiera de sus formas o manifestaciones, es esencial para la convivencia humana.

El progreso de la civilización está ligado a la aparición y el desarrollo de las ciudades, en las que la vida comunitaria se ordena alrededor de instituciones y estructuras extraordinariamente elaboradas. La división del trabajo permite un avance sin igual en la producción de bienes, que por primera vez puede ir más allá de la simple lucha por los alimentos. Se desarrolla así la artesanía, la escritura y una "ciencia" incipiente, pues no todo el mundo tiene que producir ya su propio sustento.
Este innegable proceso, sin embargo, convierte a los ciudadanos en dependientes unos de los otros, pues la ciudad funciona tan solo si cada cual ejerce adecuadamente su papel, y exige un sofisticado sistema de cooperación. Por ello, el hombre pasa a ser político: la organización y el respeto mutuos son, a partir de este momento, lo más urgente y necesario para todos los ciudadanos.

domingo, 12 de febrero de 2012

El lenguaje de las personas civilizadas.

Si el civismo se preocupa por las relaciones entre las personas, entonces no puede dejar de tratar el instrumento primero de la comunicación: el lenguaje. La sociedad humana sólo es posible a partir del lenguaje, no sólo porque es un elemento indispensable para el pensamiento racional, sino por el inmenso potencial que posee para la comunicación y la comprensión entre las personas. La palabra hace posible el entendimiento mutuo, la convivencia, el intercambio. la comunicación y la solución pacífica de los conflictos.

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